También
los más calificados representantes de la filosofía
moderna han influido en el corpus de
la psicología de la educación. De manera especial
se han hecho presentes Descartes, al defender el protagonismo de las
ideas innatas como base del conocimiento, y Locke que apela,
a las impresiones sensoriales, es decir, a la experiencia
(Beltrán, 1987).
En
el siglo XVI, aparecen libros de educación en que se enfatiza la forma de hacer
más efectiva la enseñanza a través de conceptos psicológicos. Entre ellos destaca
Juan Vives (1492-1540, en Glover y
Ronning, 1987) quien señala la importancia de los procesos de percepción y
memoria en el proceso educativo.
Luego
en los siglos XVIII y XIX aparecen
otras dos figuras relevantes,
quienes hicieron aportes en la reformulación del sistema de enseñanza, estos
son Pestalozzi y Herbart.
Johann Pestalozzi
(1745-1827), influido por Rousseau, fundó numerosas escuelas,
orientadas hacia los más pobres, principalmente, e imprimió un
rumbo nuevo a la función de la
educación como un proceso orientado hacia el niño como ente individual y
especial en sí mismo. Le preocupaba que los niños estuviesen
siendo socializados para el trabajo, siendo que según su parecer las escuelas debiesen estar “formando
personas”, cuyo conocimiento estuviese orientado por estándares morales
(Palmer, 2003). Enfatizó el
aprendizaje por observación y el aprendizaje experiencial, minimizando, el aprendizaje
memorístico, lo que resultó revolucionario para su época.
Pestalozzi reconoció la importancia del desarrollo moral y de la relación entre
profesores y alumnos como aspectos críticos de la educación del niño (Downs,
1975, citado en Glover y Ronning, 1987).
Johann Herbart (1776-1841),
filósofo, psicólogo y pedagogo alemán, influido
por Kant, plantea que el aprendizaje se potencia a través del
interés, el cual surge por autogeneración en el alumno y por intervención del profesor.
Su teoría de la percepción y de la masa perceptiva
se convirtió en el paradigma educativo
del siglo XIX, renovando
profundamente la metodología educativa
al sugerir que dentro del proceso instruccional deben presentarse los conocimientos nuevos de tal
manera que sean asimilados
y lleguen a formar parte del
contenido mental. Estas ideas tuvieron un amplio eco en los
círculos pedagógicos y parecen resonar todavía hoy en las teorías de autores
bien recientes, como el aprendizaje significativo de Ausubel
o las corrientes psicológicas que apelan a la noción de esquema.
En
el período que va de 1880 a 1900, se marca como el comienzo de la Psicología de
la Educación, por el aporte decisivo de
autores calificados que contribuyeron fuertemente en el nacimiento de esta
disciplina:
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