citado en Palmer, 2003), lo que implica
que el análisis de los efectos
de la recompensa, el castigo y la práctica en estudios con animales
puede producir leyes generales del aprendizaje tanto de animales como de
humanos.
En 1910 publica su artículo “The
Contribution of Psychology to Education”, en el primer número de Journal of
Educational Psychology, el cual junto a la publicación de su Manual Educational
Psychology, Briefer Course (1921), configuran definitivamente a la psicología
de la educación alrededor de tres grandes unidades temáticas, las cuales
fueron: el papel del medio ambiente y de la herencia en el comportamiento, el
aprendizaje y las leyes que lo regulan y el estudio de las diferencias
individuales (Coll, 1988).
La aspiración de Thorndike era
lograr una ciencia completa de la psicología, uniendo definitivamente los mundos de la psicología y la educación; al
igual que Dewey, quien aspiraba a construir una ciencia puente entre la
psicología y la práctica educativa. Es así que la propuesta de Thorndike
hubiera podido – de convertirse en realidad- abrir las puertas del éxito a la
nueva ciencia, pero desafortunadamente, la misma propuesta llevaba en su seno
la clave de su propia esterilidad, y lo que pudo ser una ciencia modélica con
status definido, asentada en el presente y orientada hacia el futuro, se quedó
en una mera aplicación de la ciencia de la conducta a los problemas educativos.
Aún así, empleando el análisis experimental del comportamiento, él sentó las
bases metodológicas y filosóficas de la psicología conductual de Watson y
Skinner.
Charles Judd (1873-1946)
es la otra gran figura, quién se forma en Leipzig bajo la dirección de Wundt y pasa a ocupar
posteriormente el cargo de director de la School of Education de la Universidad
de Chicago, donde ocupó una posición de liderazgo por más de treinta años.
Respecto a sus líneas de trabajo, hay que destacar cuatro grandes áreas: el
análisis de la lectura, la formalización y discusión de los problemas
psicológicos que surgen de la enseñanza, el trabajo experimental sobre el
número, y la psicología social, a la que considera como la plataforma de apoyo
de toda verdadera educación (Glover y Ronning, 1987).
A
diferencia de Thorndike, Judd plantea que ni la
experimentación con animales, ni el interés por elaborar una teoría del
aprendizaje, son tareas prioritarias para la psicología de la educación, sino
que la prioridad debe estar puesta en los grandes problemas educativos que se
oponen a la mejora en la escuela, por lo cual se preocupa de aspectos
no investigados antes como son el curriculum y la organización escolar.
El objeto de estudio de la psicología de la educación
para Judd debiera ser entonces el analizar los procesos mentales mediante los cuales el niño aprehende
los sistemas de experiencia social acumulada, cuyos procesos no son reducibles
a una serie de estímulos y respuestas, sino que implican la capacidad para
organizar, sintetizar y transformar la experiencia. Además,
plantea la importancia de considerar el carácter social de la educación, negando en forma
radical toda viabilidad a la psicología individual, característica de los
planteamientos de Thorndike.
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