1.2. Problemática Conceptual de la Psicología Educacional:
Después
de este breve recorrido histórico en torno a la psicología de la educación
quedan al descubierto los problemas que ha tenido la psicología educacional
para edificarse sólidamente como una ciencia con identidad propia, es por esto,
que se considera importante el analizar más profundamente cada uno de estos
problemas.
Para
ello, se tratarán los siguientes aspectos: el problema de su status
científico, el de la investigación y el problema de la definición conceptual.
El problema del contenido de la Psicología de la
Educación:
Relacionado con
la dificultad para definir su identidad, la psicología de la educación se
enfrenta con una dificultad consistente en el problema del contenido. Este se
deriva del hecho de que la psicología de la educación se identifica con dos
disciplinas que constituyen dos campos de estudio diferentes: las ciencias
psicológicas y las ciencias de la educación. De esta forma, el contenido
posible, legítimo, de la psicología de la educación se extiende desde el
estudio de cualquier fenómeno con dimensión educativa al contenido del
aprendizaje verbal escolar.
Pero
convendría precisar más cuál es el contenido específico y propio de esta
disciplina. Los autores más señalados destacan como tema central de estudio el
aprendizaje, si bien varían luego con respecto al enfoque y extensión adecuados
para su tratamiento. Algunos autores señalan, además del aprendizaje, los temas
de las aptitudes, las diferencias individuales y el desarrollo.
Con
todo, existe una gran dispersión respecto a la temática abordada. No es pues
extraño que esto haya debilitado la imagen de esta disciplina, con el tiempo, e
incluso haya hecho peligrar la supervivencia de la enseñanza como ciencia y
como actividad profesional. Pero, también es verdad, que es una disciplina
intermedia entre las ciencias psicológicas y las ciencias de la educación y,
como tal, ha padecido los vaivenes, inseguridades e incertidumbres de estas dos
ciencias que caminan todavía a la búsqueda de un paradigma que les ofrezca la
unidad y consistencia interna que hasta ahora no han podido conseguir (Álvarez
y Mayor, 1981).
Sin
embargo, a pesar de estas dificultades, hay también algunos núcleos de acuerdo
entre los datos procedentes de los diversos autores. Así, por ejemplo, hay una
coincidencia generalizada en señalar como tema central de estudio el proceso de
enseñanza-aprendizaje y todo el contexto en el que este proceso se inscribe, lo
que garantiza, de alguna manera, la existencia de un objeto específico que
identifica y define con propiedad esta disciplina.
Ahora
bien, igualmente peligrosa podría ser la tendencia a ensanchar indefinidamente
el campo de estudio, provocando así una disolución de los límites temáticos del
aprendizaje o, lo que es aún peor, de un aprendizaje específico como puede ser
el verbal escolar o significativo. La mejor solución sería, entonces, aceptar
una flexibilidad temática en torno al núcleo esencial definitorio que es el
proceso de enseñanza-aprendizaje, y alrededor de éste concentrar los esfuerzos
investigativos y aplicados, manteniendo el carácter empírico del tratamiento de los contenidos de esta
ciencia.
El problema del status científico:
Todavía
está abierta la discusión que se habría iniciado en 1981, sobre el status de la
psicología de la educación y, por tanto, la naturaleza de la investigación que ha de realizar.
Las diferencias se centran en torno a si la psicología de la educación tiene
como objetivo principal la aplicación de conocimientos psicológicos relevantes
al proceso educativo, centrando la inquietud investigadora en su vertiente aplicativa,
o si ha de ser
una ciencia aplicada que
desarrolle sus propios programas de investigación y utilice técnicas y métodos
adecuados de experimentación expresamente desarrollados para
abordar los problemas educativos.
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