domingo, 25 de mayo de 2014

1.2. Problemática Conceptual de la Psicología Educacional:

Después de este breve recorrido histórico en torno a la psicología de la educación quedan al descubierto los problemas que ha tenido la psicología educacional para edificarse sólidamente como una ciencia con identidad propia, es por esto, que se considera importante el analizar más profundamente cada uno de estos problemas.
Para ello, se tratarán los siguientes aspectos: el problema de su status científico, el de la investigación y el problema de la definición conceptual.

        El problema del contenido de la Psicología de la Educación:

           Relacionado con la dificultad para definir su identidad, la psicología de la educación se enfrenta con una dificultad consistente en el problema del contenido. Este se deriva del hecho de que la psicología de la educación se identifica con dos disciplinas que constituyen dos campos de estudio diferentes: las ciencias psicológicas y las ciencias de la educación. De esta forma, el contenido posible, legítimo, de la psicología de la educación se extiende desde el estudio de cualquier fenómeno con dimensión educativa al contenido del aprendizaje verbal escolar.
Pero convendría precisar más cuál es el contenido específico y propio de esta disciplina. Los autores más señalados destacan como tema central de estudio el aprendizaje, si bien varían luego con respecto al enfoque y extensión adecuados para su tratamiento. Algunos autores señalan, además del aprendizaje, los temas de las aptitudes, las diferencias individuales y el desarrollo.
Con todo, existe una gran dispersión respecto a la temática abordada. No es pues extraño que esto haya debilitado la imagen de esta disciplina, con el tiempo, e incluso haya hecho peligrar la supervivencia de la enseñanza como ciencia y como actividad profesional. Pero, también es verdad, que es una disciplina intermedia entre las ciencias psicológicas y las ciencias de la educación y, como tal, ha padecido los vaivenes, inseguridades e incertidumbres de estas dos ciencias que caminan todavía a la búsqueda de un paradigma que les ofrezca la unidad y consistencia interna que hasta ahora no han podido conseguir (Álvarez y Mayor, 1981).
Sin embargo, a pesar de estas dificultades, hay también algunos núcleos de acuerdo entre los datos procedentes de los diversos autores. Así, por ejemplo, hay una coincidencia generalizada en señalar como tema central de estudio el proceso de enseñanza-aprendizaje y todo el contexto en el que este proceso se inscribe, lo que garantiza, de alguna manera, la existencia de un objeto específico que identifica y define con propiedad esta disciplina.
Ahora bien, igualmente peligrosa podría ser la tendencia a ensanchar indefinidamente el campo de estudio, provocando así una disolución de los límites temáticos del aprendizaje o, lo que es aún peor, de un aprendizaje específico como puede ser el verbal escolar o significativo. La mejor solución sería, entonces, aceptar una flexibilidad temática en torno al núcleo esencial definitorio que es el proceso de enseñanza-aprendizaje, y alrededor de éste concentrar los esfuerzos investigativos y aplicados, manteniendo el carácter empírico del  tratamiento de los contenidos de esta ciencia.
El problema del status científico:


Todavía está abierta la discusión que se habría iniciado en 1981, sobre el status de la psicología de la educación y, por tanto, la naturaleza de la investigación que ha de realizar. Las diferencias se centran en torno a si la psicología de la educación tiene como objetivo principal la aplicación de conocimientos psicológicos relevantes al proceso educativo, centrando la inquietud investigadora en su vertiente aplicativa, o si ha de ser una ciencia aplicada que desarrolle sus propios programas de investigación y utilice técnicas y métodos adecuados de experimentación expresamente desarrollados para abordar los problemas educativos.

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