2.1.1- Precursores en Europa:
Dos
figuras que surgen en Gran Bretaña y, que a través de sus aportes en Psicología,
contribuyen también al ámbito educativo son:
Francis Galton
(1822-1911), quien inventó los primeros test psicológicos para la medida de la
inteligencia, basados en la discriminación sensorial; fundó el primer
laboratorio experimental de Londres, construyó un test de asociación de
palabras que luego usaría Wundt y promovió el estudio de las diferencias
individuales.
Wilhelm Wundt
(1832-1920), quien fundó su famoso laboratorio en Leipzig, en el cual se utilizó por primera vez la medición
en la experimentación psicológica. Su método consistía en la introspección, una
antigua modalidad de autoanálisis, que la modificó a un enfoque experimental,
preciso, en que se incluía la discriminación de respuestas, el tiempo de
reacción y la medición de respuestas emocionales (Glover y Ronning, 1987).
Alfred Binet (1857-1911),
realiza una de las mayores contribuciones a la psicología de la educación al
desarrollar el primer test de inteligencia individual, introduciendo así la
objetividad en un campo que carecía de investigación claramente definida. Para
diagnosticar y suministrar un tratamiento adecuado a los sujetos sospechosos de
retraso mental, construyó una escala métrica, es decir, test con ítemes
dispuestos en orden de dificultad creciente y en relación con diferentes
niveles mentales.
2.1.2.- Precursores en Estados Unidos:
Stanley Hall
(1844-1924), alumno de Wundt y primer organizador de la psicología americana,
fundó el primer laboratorio americano de psicología y varias revistas, llegando
a ser el primer presidente de la Asociación Americana de Psicología (APA) y
pionero de la psicología de la educación. En 1881 inauguró sus clásicas
conferencias de los sábados a los profesores. En 1891 fundó el seminario
pedagógico que se convirtió luego en la revista “Journal of Genetic
Psychology”, y en 1894 escribió su famoso libro “Adolescencia” (1904) que tuvo
una extraordinaria resonancia al destacar la importancia del estudio del niño y
por la orientación empírica elegida.
Hall
se sentía fascinado por los niños y su desarrollo y consecuentemente por su
educación. Él describía su orientación como “centrada en la escuela” más que
“pedocéntrica”, en el sentido de que consideraba más importante trabajar y
formar a los profesores para que éstos a su vez formaran a los niños, que centrarse
sólo en los niños. Esto genera un gran cambio en la mirada sobre el rol del
psicólogo en la escuela, pues en general, se le atribuía importancia en el
tratamiento de niños con problemas, y no en el trabajo con el equipo encargado
de dirigir el proceso de enseñanza-aprendizaje.
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